14 Feb PSORIASIS
Psoriasis es una dermatitis autoinmune crónica de cierto componente hereditario que se caracteriza por descamación de la piel y su aparición en forma de brotes caprichosos en determinadas zonas del cuerpo.
Se trata de una enfermedad inflamatoria de origen inmunitario que puede llegar a afectar a la piel de todo el cuerpo. A veces solo afecta al cuero cabelludo, a las uñas y/o a las articulaciones.
Psoriasis es crónica y se presenta en brotes, con exacerbaciones y remisiones. No es contagiosa.
Psoriasis afecta alrededor del 2’3% de la población y suele aparecer entre los 15 y 35 años, aunque también puede afectar a niños y a personas mayores.
La enfermedad tiene un componente hereditario. La predisposición genética no es predecible. Se sabe que un tercio de los afectados tiene familiares directos con psoriasis. Se sabe que, además de esta predisposición, son necesarios otros factores desencadenantes que el médico dermatólogo puede ayudarte a conocer.
En la psoriasis todo comienza en el sistema inmune, concretamente en los linfocitos, cuya función es la de protegernos frente a agentes externos. En un paciente con psoriasis estos linfocitos se activan indebidamente y desencadenan respuestas celulares del tipo de la proliferación y dilatación de los vasos sanguíneos de la piel. Ello se manifiesta por el color rojo de las lesiones, y una proliferación de las células de la epidermis que se llaman queratinocitos, lo que se manifiesta como descamación.
Normalmente, el proceso de recambio celular de la epidermis es de 30 días, pero en las personas con psoriasis dura aproximadamente 4 días. Ello genera una acumulación de células en la capa córnea, algo que se manifiesta en forma de placas blanquecinas que se desprenden de exageradamente en forma de escamas.
Su manifestación clínica más habitual es la aparición de lesiones cutáneas de tamaño variable, enrojecidas y recubiertas de escamas blanquecinas de grosor variable. Pueden aparecer en codos, rodillas, zona lumbar, pliegues (psoriasis inversa), cuero cabelludo, oído, cara, palmas y plantas… incluso extenderse por todo el cuerpo de forma más o menos rápida.
El curso de la psoriasis es caprichoso, ya que puede desaparecer y volver a aparecer en los mismos sitios del cuerpo o en otros. Cada individuo afectado tiene su particular psoriasis, y lo que funciona en unos puede que no sirva o incluso vaya mal en otros.
Es fundamental acudir al dermatólogo para hacer un diagnóstico correcto y realizar un tratamiento lo más personalizado posible. Los avances en los últimos años han conseguido diseñar tratamientos cada vez más específicos que, aunque no curan la enfermedad, sí pueden controlar los síntomas de forma segura y eficaz.